Ciudad de Nueva York
Nueva York es la sede del distrito
financiero de Wall Street, del distrito teatral, del rascacielos Empire State,
de la Estatua de la Libertad, de museos de prestigio internacional y de
vendedores callejeros que ofrecen comidas de todos los países. Es una ciudad
que capta la atención del mundo entero. Aquí, cada jefe de cocina que abre un
restaurante, cada diseñador que presenta una colección de modas y cada artista
que cuelga sus obras en una galería se suma al rebosante entusiasmo que conecta
cada cuadra de la Gran Manzana. Los visitantes se contagian a gusto de esa
energía, ya sea por el bombardeo luminoso de los enormes carteles de la plaza
de Times Square o por la sutil persuasión de los artesanos que venden sus
productos en el parque de Unión Square.
Los Ángeles
Los Ángeles
La ciudad de Los Ángeles es mejor conocida
por dos de sus barrios más famosos. Hollywood, conocida por sus derroches de
lujo, su encanto sensual y sus momentos efímeros de inmensa fama, es el lugar
donde se encuentran las estrellas más famosas del cine. Los visitantes
disfrutan de un breve acceso a las celebridades cuando pasean por el Rodeo
Drive y Sunset Strip, o cuando posan para fotografías frente al histórico
Teatro Chino de Grauman. Nada que ver con Hollywood tiene el otro barrio,
Venice Beach, donde predomina un estilo de vida más tranquilo. El Oceanfront
Walk, que atrae a gente de todas las condiciones sociales, es un lugar idóneo
para sentarse y ver a la gente pasar.
San Francisco
San Francisco es una ciudad que responde a
las brisas que le llegan del Océano Pacífico. Las condiciones del clima marcan
las actividades de sus habitantes y de sus visitantes. En un día soleado, aun
cuando en el aire se sientan unas breves notas de frío, el parque de Golden Gate
es el destino preferido de todos para disfrutar de sus paseos por veredas, sus
playas placenteras y sus vistas del emblemático puente. En los días nublados,
es mejor aventurar por la ciudad subiendo a uno de los tranvías de cable con
sus sonoras campanillas o bien programar una gira arquitectónica por las muy
fotografiadas y filmadas casas de estilo victoriano, particularmente las
llamadas “The Painted Ladies”, que adornan sus empinadas calles.
Miami y Miami Beach
Como si al ritmo movido de un son bailable,
Miami y su distrito playero laten con pulso rápido no importa la hora del día
que sea. En un día soleado, South Beach atrae a la “gente bella” donde también
destacan las estaciones de los salvavidas al estilo Art Deco. En la noche, las
brillantes luces de neón en tonos rojos, verdes, azules y rosados transforman
el Ocean Drive en un entorno chic y moderno como ningún otro en el planeta. La
presencia constante de la cultura hispana en la ciudad se refleja en su
gastronomía y en barrios como la Pequeña Habana, en cuya Calle Ocho se
congregan los hombres para tertuliar alegremente en español mientras fuman
cigarros y juegan dominó.
Orlando
El área metropolitana de Orlando es el
lugar ideal para escapar de todo. Es el sitio que ha dado rienda suelta a la
imaginación. Aun al visitante más ingenioso le resultará difícil concebir de
antemano los mundos que cobran vida en los parques temáticos de Universal y
Disney World, u otras atracciones que llevan el sello Disney. Sin embargo,
Orlando no es sólo destino de sueños, fantasías y personajes disfrazados. Los
que visitan el centro de la ciudad descubren una interesante mezcla de
arquitectura que varía desde casas de estilo victoriano hasta torres de
apartamentos. Es también sitio de boutiques para hacer compras, de una amplia
diversidad de restaurantes y de una floreciente vida nocturna. Para los que
buscan un entorno natural, el parque del lago Eola ofrece veredas entrelazadas
donde hacer recorridos a pie.
Las Vegas
La ciudad entera de Las Vegas es una
fiesta. Imagine un parque temático para personas adultas, donde los edificios
iluminados por brillantes focos aluden a culturas antiguas o exhiben un diseño
de exagerada fastuosidad. Sólo tiene que pasear por Las Vegas para ver esa
visión realizada. Los visitantes disfrutan de los chorros de agua que se eleven
a gran altura desde los surtidores, del despliegue de rayos láser, de los
casinos de juegos de azar y de espectáculos de variedades con artistas
perfectamente coreografiados. Es aquí donde dormir no es la prioridad máxima
del visitante. Los turistas que buscan una experiencia más sobria pueden
desplazarse hasta la calle Freemont, en el centro de la ciudad, donde en las
casas de juego impera un ambiente más parecido al de otros tiempos.